Este “nicho de mercado” como David Buckingham (consultor y escritor) lo denomina, tiene que ver con el hecho de que los niños han sido redescubiertos como un nuevo mercado hace algunas décadas, es decir, los menores se han vuelto de pronto más valiosos. Esto refleja la capacidad del niño de influir en las decisiones de los padres a la hora de adquirir estas nuevas tecnologías digitales, ya que el niño pasa más tiempo en presencia de estas actividades fuera del contexto escolar, las cuales están cada día más privatizadas y mercantilizadas. Y aclara que este público es el más fácil de influir y explotar pasando a ser víctimas de los intereses comerciales, por eso los llama niños vulnerables.
David Buckingham postula que hoy día los niños pueden conectarse y comunicarse a través de estos dispositivos sin tener la necesidad del conocimiento o de la intervención de los padres.

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