Los niños están inmersos en mundo tecnológico, por eso, no podemos pretender que no tengan juegos tecnológicos, pero sí debemos regular su uso, y no permitir que sólo jueguen con ordenadores y videoconsolas. No olvidemos la importancia y las bondades que tienen los juguetes tradicionales en el niño y cómo estos fomentan unos procesos de aprendizaje que no realizan los videojuegos.
Los niños pequeños no deben jugar a videojuegos más de 30 minutos diarios.
La actitud de los padres con los niños ante el uso de nuevas tecnologías para el ocio nunca puede ser pasiva. Los padres tienen que poner límites en su uso.
Por otro lado el tiempo debe estar siempre controlado: con niños pequeños no más de 30 minutos diarios. Cuando son adolescentes, también hay que seguir ejerciendo un control en cuanto a los horarios de utilización, tiempo máximo de uso, y no dejarles acceso a cualquier página o juego.
Conseguir esto es difícil, pues en la sociedad actual, en la que ambos padres trabajan y en ocasiones con horarios muy extensos, el sentido de culpabilidad afecta a muchos padres. Se sienten culpables por pasar poco tiempo con sus hijos, y el poco rato que están con ellos, les cuesta marcar las normas y los límites, por lo que no suelen limitar el acceso a los ordenadores y videojuegos de sus hijos. Por eso, no olvidemos que lo importante es la calidad del tiempo que se pasa con los hijos. Debemos recordar que los niños necesitan normas y límites, pues aunque en un primer momento les puede costar aceptarlas, es algo que les dará seguridad y confianza.

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